Todo sobre la microbiota

¿Qué es la microbiota?

Seguramente has escuchado hablar ya de la microbiota y hasta, quizás, ya sepas qué es. Antes le decíamos flora intestinal, pero desde el año 2011 se acuñó el término microbiota, gracias a los estudios de secuenciación y metagenómica que nos permitieron codificar todos los microorganismos que viven en nosotros y también sus genes.

Esto generó una gran revolución en las ciencias y también en la filosofía y antropología, por qué no. El descubrimiento de la microbiota humana, trajo aparejado algo insospechado: tenemos más células de bacterias, virus y hongos, que células humanas. De hecho, por cada célula humana tenemos 10 de estos otros “bichitos” que viven en/con nosotros. Y por esta razón, la concepción del ser humano también cambió: se dice que somos holobiontes, definición que integra nuestra humanidad y la genética de todo estos microorganismos.

Tenemos microbiota en la piel, en los ojos, en los pulmones, en la boca…. pero la más importante es la microbiota intestinal, ya que en nuestro colon se encuentra la mayor cantidad de microorganismos, de hecho, se estima que pesan alrededor de 1,5/ 2 kilos y se considera que la microbiota intestinal es un órgano más del cuerpo humano.

Pero esto no es todo, ya que la dimensión de este hallazgo es tan pero tan tan grande, que encontramos que casi todas las funciones metabólicas del organismo las realizan estos microorganismos. Es más, vivimos con ellos en tal simbiosis que sin ellos no podríamos estar aquí.

Funciones de la Microbiota Intestinal

Gracias a estos minúsculos seres podemos digerir nuestros alimentos (especialmente la fibra alimentaria, que son su principal alimento), mantenemos la unión de las células epiteliales del intestino (algo así como las paredes que lo recubren, una “telita”, que evita que ingresen patógenos al mismo) que cuando se debilita padecemos de la famosa permeabilidad intestinal.  [Figura 1]

También modulan nuestro sistema inmunitario, sintetizan vitaminas del tipo B y K,  producen los ácidos grasos de cadena corta que nos permiten, además, segregar una serie de hormonas y moléculas vinculadas con nuestra salud en general y que influyen directamente sobre nuestro estado de ánimo como la serotonina y la dopamina, entre otras.

En otras palabras, sin nuestra microbiota no podríamos realizar la digestión de los alimentos, no podríamos defendernos de patógenos invasores, no podríamos realizar la síntesis de los neurotransmisores que tienen acción local en el sistema nervioso, en fin… dependemos de ellos para vivir en armonía y con salud.

¿Cómo adquirimos estos microorganismos?

No salimos “estériles” de la panza de nuestra madre como se pensaba hasta hace muy poco, la mayor colonización que vamos a recibir a lo largo de nuestra vida se da mediante el parto vaginal y la lactancia. El parto natural vaginal es un baño de lactobacilos, microorganismos esenciales para nuestra vida. Mientras que durante la lactancia se adquieren las bifidobacterias, otra de las bacterias claves para nuestra microbiota.

Como verás, sobre estos factores ya no podemos accionar, si hemos nacido por cesárea o no hemos recibido suficiente teta, es algo imposible de cambiar. Y, también, es importante recalcar que no significa que una mujer que tuvo que dar a luz por cesárea o no pudo amamantar ha hecho algo malo: cada situación es única y la cesárea ha salvado muchas vidas. Sin embargo, es una alerta, sobre todo para el personal de la salud, de seguir las recomendaciones de la OMS y promover el parto natural y la lactancia materna.

Otros factores importantes en la adquisición de estos microorganismos son el contacto con la naturaleza y LA DIETA. Cuando decimos “dieta” hablamos de una alimentación variada y equilibrada (no de planes para perder/ganar peso).
Además, es importante limitar el consumo de antibióticos exclusivamente en casos de necesidad, ya que estos medicamentos dañan a los patógenos y también a nuestros microorganismos aliados.

La microbiota y la alimentación

La alimentación es el factor donde más podemos incidir para modular nuestra microbiota. Un estudio* realizado en humanos que me ha llamado mucho la atención. Dividió en dos grupos de 10 personas de entre 18-25 años que no presentaban sobrepeso ni tenían patologías previas. Un grupo fue alimentado durante 4 días con una dieta fast food (básicamente comida chatarra) y el otro fue alimentado con una dieta del tipo mediterránea.

Quiero recalcar que tan solo fueron 4 días! 4 días para ver resultados reveladores: los individuos que habían sido sometidos a una dieta rica en ultraprocesados aumentó un tipo de bacterias en su microbiota que se llama bilophila y es un poderoso inflamatorio.
Mientras que los sujetos que se alimentaron a base de una dieta mediterránea aumentaron un tipo de bacteria que se llama buterococcus, que es un productor de ácido butirico, un ácido graso de cadena corta que es antiinflamatorio y colabora en la producción de serotonina.

Claramente, la alimentación es el factor donde podemos marcar la diferencia y empezar a generar hábitos que nos lleven a tener una microbiota saludable, equilibrada y funcional.

Si llegaste hasta acá, muchas gracias! Espero que te haya servido esta información.

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Saludos!
Yamila

*Human gut microbiome composition and tryptophan metabolites were changed differently by fast food and Mediterranean diet in 4 days: a pilot study. [Chenghao Zhu, Lisa Sawrey-Kubicek, Elizabeth Beals, Chris H. Rhodes, Hannah Eve Houts, Romina Sacchi, Angela M. Zivkovic]⁎Department of Nutrition, University of California, Davis, Davis, CA, USA 95616

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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Carolina Riverós

    Hola Yamila. En primer lugar, felicitarte por tu sano emprendimiento, que conocí por una reciente entrevista que te hicieron en la radio. Acabo de leer tu articulo sobre la microbiota y me ha gustado mucho ,completo y claro para todo el mundo.
    Te cuento que hace tiempo estoy en busca de los ” bichitos” para hacer mi propia yoca ,o kéfir, como se le dice ahora, pero no los consigo. Lo que estoy haciendo es comprar un yogur natural , calentar leche, mezclarlos y al otro día obtener más yogur .El otro día compré en La Balanza tu frasco de Kéfir con la idea de probarlo, por cierto , es exquisito, y también de intentar reproducirlo como hago con el yogur. Leí que tiene una gran variedad de bacterias y pensé en qué buen resultado iba a obtener. Pero… desilusión! Se cortó y tuve que tirarlo. Mi consulta es por qué no se puede reproducir tu kéfir? La verdad es que mi presupuesto no da para abonar $300 cada pocos días, ya que quiero mantener una ingesta regular de este maravilloso producto. Bueno, te agradecería mucho si tu tiempo te permite darme una respuesta.
    Un saludo cordial y sinceras felicitaciones nuevamente!
    Carolina de Playa Hermosa

    1. Yanin

      Hola Carolina, como estas? Un gusto estar en contacto contigo.

      Antes que nada quería agradecerte especialmente tus palabras. Hace dos años vengo trabajando 24/7 para poder mejorar el producto y hacerlo mas cercano a nuestro paladar, poder especificar las cepas probióticas que contiene y que sea 100% libre de conservantes, azucares agregados y aditivos. Cada vez que recibo palabras como las tuyas me motivan e inspiran a seguir firme en mi misión.

      Te cuento que la diferencia entre el yogur y el kéfir en cuanto a su producción/elaboración reside en las bacterias que poseen. Mientras las bacterias que tiene el yogur son termófilas (es decir que se reproducen en el ambiente cálido, superior a los 37 grados), el kéfir es principalmente mesófilo (su reproducción es a temperatura ambiente promediando los 30 grados). El kéfir posee bacterias termófilas también, pero el asunto reside en que las mesófilas mueren a temperaturas más altas. Por otro lado, posee levaduras (el yogur no). Todo esto hace que no sea factible reproducir kéfir sin utilizar los gránulos.

      Mi consejo: si quieres elaborar kéfir en casa debes conseguir gránulos de calidad. Hay muchos muchos gránulos que están “contaminados” o se están reproduciendo en malas condiciones. Para ello es importante preguntarle a la persona que te los done que cuidados les ha brindado. Además, chequear que los granules sean del estilo granos de arroz o coliflor. Te digo esto porque en internet encostarás informaciones sobre supuestos gránulos milanesas: estos gránulos no son tridimensionales, son como una manta… y no tienen estudios que garanticen su inocuidad. Al contrario de lo que se dice, se producen por un mal cuidado de los mismos, estrés por falta de alimento, entre otras cosas.

      Espero haber resuelto tus inquietudes,
      Siempre a las ordenes,

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