Cómo recuperar la flora intestinal con los probióticos
Son muchos los factores cotidianos que pueden afectar al equilibrio de los microorganismos que viven en nuestro cuerpo, por eso es importante desarrollar ciertos hábitos para mantenerlos fuertes y, como consecuencia, mantenernos saludables.
Qué es la flora intestinal
Se le llama comúnmente flora intestinal al conjunto de microorganismos que habitan nuestro intestino, en su mayoría se trata de bacterias. Estas bacterias cumplen una función en nuestro organismo, por ejemplo nos ayudan a digerir los alimentos, por eso se dice que son beneficiosas. La flora intestinal también se conoce como microbiota intestinal (un término bastante más aceptado en la comunidad científica) y es, en resumen, ese ecosistema de microorganismos que vive dentro del intestino.
Qué puede dañar mi microbiota
Son muchos los factores que pueden alterar la microbiota, de hecho ésta está cambiando durante toda nuestra vida. Uno de los factores que más afectan a nuestra microbiota intestinal es la alimentación.
Los alimentos ultraprocesados en general tienen ciertos ingredientes que cumplen la función de conservar los productos por más tiempo. Pero también afecta a los microorganismos presentes en el cuerpo.
Otra variable que afecta la microbiota es el consumo de antibióticos. Que tiene como función combatir bacterias patógenas que nos han invadido pero como consecuencia también puede eliminar bacterias beneficiosas alojadas en nuestro organismo. Con esto no queremos desalentar el consumo de antibióticos como tampoco ignoramos la función de los conservantes en ciertos alimentos, simplemente queremos generar conciencia de las consecuencias y de que es necesario tomar acción luego de alterar la microbiota.
La alimentación no es el único factor que puede dañar la microbiota. En los entornos naturales existen millones de microorganismo que pueden ser potencialmente beneficiosos para nuestra salud. Si bien es imprescindible cuidar nuestra higiene personal, a veces los entornos demasiado estériles puede afectar el equilibrio de la microbiota, incluso en niños puede afectar el desarrollo de su sistema inmune.
Existen otros factores capaces de dañar la microbiota como llevar un estilo de vida demasiado sedentario (sin presencia de ejercicio físico) o que implique demasiado estrés.
Síntomas de una microbiota débil
Ya sabemos algunos de los factores que pueden dañar la flora intestinal, si a eso se le suma algunos de los siguientes síntomas es muy probable que nuestra microbiota esté dañada o presentemos una disbiosis intestinal.
- Hinchazón en el vientre. Puede ser provocada por varios factores pero en general se asocian con la salud del inestino o del sistema digestivo en general
- Diarrea o estreñimiento. Muchas veces ambos están asociados a un mismo problema, incluso si tenemos una microbiota débil pueden aparecer ambas de manera alternada
- Dolores intestinales. Un desequilibrio de la microbiota puede generar, entre otras cosas, dolores en la zona abdominal, el dolor siempre es una alerta de nuestro cuerpo sobre algo que no está bien.
- Gases. La presencia de gases de manera muy sostenida es un indicador de que algo puede andar mal en nuestro intestino
- Olor fétido en las heces. Cuando le sentimos un olor demasiado fuerte a nuestra materia fecal también es un indicador de que puede haber un problema con la microbiota
Cómo fortalecer mi intestino
Ya nombramos aquellos factores que pueden perjudicar el equilibrio microbiano de nuestro intestino, ahora veamos cómo podemos recuperar esa población si padecemos algunos de esos problemas.
La dieta es sin duda una de las claves para reestructurar la microbiota. La mejor manera de recuperar la flora intestinal es consumiendo alimentos probióticos. Este tipo de alimentos contienen microorganismos que ingresan de manera directa y se alojan en nuestro cuerpo.
En particular muchos alimentos fermentados pueden contener microorganismos que repueblen nuestra flora intestinal. Es verdad que debemos diferenciar los fermentos de los probióticos, ya que estos últimos son solo aquellos que conozco, puedo identificar y además existen estudios que demuestran algún beneficio particular. En este sentido el yogur es uno de los más populares y obviamente el kéfir es de los más recomendados. En Loto trabajamos con cepas de kéfir identificadas por eso lo consideramos un alimento probiótico y recomendamos nuestros productos a personas con problemas intestinales.
Volviendo a los fermentos, a pesar de no saber a ciencia cierta qué microorganismos tiene un cultivo casero, si seguimos ciertas normas de higiene podemos asegurar que fermentos caseros como el yogur casero, el kéfir de agua o el kéfir de leche son potencialmente beneficiosos para la salud de nuestro intestino.
Además de la dieta, como ya nombramos antes, es importante evitar en demasía las situaciones estresantes, estar en contacto con entornos naturales, hacer ejercicio y tener un buen descanso para que nuestra microbiota funcione de manera correcta.