Microbiota y Obesidad
Los últimos años se vieron marcados por la pandemia de COVID19, pero no es la única enfermedad que afecta a la población. Muchos catalogan a la obesidad como una pandemia de carácter no infeccioso, es decir, que no es una enfermedad contagiosa pero afecta a una gran parte de la población mundial y, si bien, no es causal directa de muerte, es la causa de muchas otras enfermedades que pueden llegar a ser muy graves o fatales.
Un problema de larga data
La Organización Mundial de la Salud advierte sobre los problemas del aumento de la obesidad desde hace décadas. Se asocia principalmente con la dieta, más específicamente, con la ingesta calórica. Ligado a esto, se advertía también de la disminución de actividad física que traía aparejada la vida moderna de las ciudades. En base a este diagnóstico durante muchos años (incluso en la actualidad) se abordó esta problemática mediante dietas que controlan el consumo de calorías de los alimentos y el ejercicio físico.
Sin duda, esto ayuda a prevenir y, en algunos casos, a combatir efectivamente la obesidad. Desde los años 90, la ingesta de calorías de la población no ha aumentado significativamente, así como la actividad física no ha disminuído. Sin embargo, las cifras de obesidad no han hecho más que crecer. Es por esto que los científicos están buscando otros factores que puedan incidir en el desarrollo de este problema.
La microbiota y la obesidad
En los últimos años se ha descubierto que la microbiota intestinal puede jugar un papel fundamental en el desarrollo de trastornos metabólicos. Se ha estudiado la composición microbiana de personas obesas y se han descubierto en ella una mayor población de algunos microorganismos y menor población o ausencia de otros. Se han hecho estudios en animales germ-free (con intestino estéril) donde a unos se trasplanta la microbiota de una persona con obesidad a otros se les introduce una microbiota considerada «normal», todos consumiendo exactamente la misma dieta. Al poco tiempo, se comienza a notar que aquellos que tenían la microbiota asociada a obesidad comenzaban a desarrollar síntomas de esta patología mientras que los otros no, a pesar de consumir los mismos alimentos. Aún queda mucho por estudiar pero la diversidad y la composición de la microbiota parece ser una de posibles llaves para abordar esta problemática.
Causa o consecuencia
En todos los estudios realizados, uno de los problemas que se presenta al estudiar la microbiota y encontrar relación con la obesidad y otros problemas metabólicos es que aún es difícil determinar si el desequilibrio de la microbiota es la causante de la enfermedad o si es simplemente una consecuencia de haber desarrollado la enfermedad en primer lugar.